standard-title El río Irati

El río Irati

Irati: el río que forma parte de las vidas de los habitantes de estos pueblos.

Una descripción aséptica del río Irati nos dirá que nace en la Selva de Irati, de la confluencia de los ríos Urtxuria y Urbeltza, y que tras 88 kilómetros de recorrido, en los que recibe las aguas de los ríos Urrobi, Erro, Areta y Salazar, convirtiéndolo así en uno de los ríos más caudalosos de Navarra, desemboca finalmente en el río Aragón, aguas abajo de la localidad de Liédena.

Pero el río Irati es mucho más. A largo de su curso e historia, nos encontraremos con bellos pueblos pirenaicos y prepirenaicos, con lugares y rincones de singular encanto y con múltiples actividades y usos tradicionales y empresariales.

Si nos centramos en estas últimas, encontraremos en su cabecera el embalse de Irabia, que garantizaba, junto a otras esclusas, caudal suficiente para transportar la madera hasta el aserradero de Ekai, hoy en ruinas. Resulta emocionante escuchar a nuestros mayores contar como al grito de ¡¡pantanada!!, salían corriendo de la escuela para ver desde el puente la marea de agua y troncos, con los gancheros o barranqueadores jugándose literalmente el tipo para conducir esta madera por el río.

Son también numerosas las centrales hidroeléctricas que localizamos en su recorrido por nuestro territorio (Irabia, Betolegi, Olaldea, Oroz-Betelu), fuentes y ejemplo de energía renovable desde sus comienzos. Existían otras en Iñarbe, Artozki o Usoz, que fueron destruidas, al igual que muchos pueblos cercanos (Artozki, Itoiz, Muniain, …) por la siempre cuestionable construcción del pantano de Itoiz, que frena los ímpetus del río Irati aguas abajo de Oroz-Betelu.

Asimismo, molinos, batanes, ferrerías, serrerías o incluso fábricas de papel utilizaron la fuerza de este río para su funcionamiento.

Debemos quedarnos, sin embargo, con la vertiente más humana de este fascinante río, desaparecidas ya muchas de las actividades que hemos citado. Es el río que conocemos desde que prácticamente nacemos, al que nos acercamos en verano para bañarnos y disfrutar en sus aguas, en el que descubrimos pequeños secretos de la Naturaleza y cuya fuerza nos impresiona cuando baja caudaloso en época de lluvias o deshielo.

El Irati es, en definitiva, el río que forma parte de nuestras vidas y de la de aquellas personas que han vivido y vivirán en su ribera.

Bibiliografía relacionada:
Libro “Orotz-Betelu y Olaldea, una historia industrial a orillas del Irati” de Victor Manuel Egia Astibia.
Libro “El Irati S.A. El sueño de Domingo Elizondo” de Victor Manuel Egia Astibia.